En mi último artículo, analicé el impacto ambiental de la producción de Rosuvastatina, un medicamento clave utilizado para tratar el colesterol alto. Descubrí que, aunque la Rosuvastatina es efectiva en ayudar a controlar los niveles de colesterol, su producción también conlleva consecuencias negativas para el medio ambiente. Entre los principales problemas se encuentran la generación de residuos químicos y el consumo de recursos naturales durante el proceso de fabricación. Por tanto, es fundamental investigar y desarrollar alternativas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente en la producción de este medicamento. Además, es necesario fomentar políticas de reducción y reciclaje de residuos en la industria farmacéutica para minimizar estos impactos.