Cáncer ocular: qué es, cómo reconocerlo y qué tratamientos existen

El cáncer ocular es una enfermedad poco frecuente pero que puede afectar gravemente la visión y la salud general. No todas las tumores en el ojo son malignos, pero cuando lo son, reconocer los signos a tiempo marca la diferencia entre un tratamiento sencillo y complicaciones serias.

En esta guía práctica te contaré de forma sencilla qué tipos de cáncer ocular existen, cuáles son los síntomas que no deberías ignorar y qué opciones tienes para diagnosticar y tratar la enfermedad. Todo sin usar jerga médica complicada.

Síntomas y diagnóstico

Los primeros indicios suelen aparecer en la visión. Si notas visión borrosa, pérdida de campo visual o un punto negro que no desaparece, es momento de consultar. Otros signos comunes son:

  • Enrojecimiento persistente del ojo.
  • Dolor ocular que no mejora con analgésicos.
  • Un bulto, protuberancia o cambio de color en la zona blanca del ojo (esclerótica).
  • Movimientos anormales del ojo o párpado.

Muchos de estos síntomas pueden deberse a afecciones benignas, pero el médico suele pedir pruebas de imagen para confirmar o descartar un cáncer ocular. La ecografía ocular, la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC) permiten ver la forma y ubicación del tumor. En algunos casos, se realiza una biopsia para obtener tejido y determinar el tipo exacto de cáncer.

Opciones de tratamiento

El tratamiento depende del tipo de tumor, su tamaño y si se ha diseminado. Las opciones más habituales incluyen:

  • Radioterapia: se usa para tumores pequeños o medianos. La braquiterapia, que coloca una fuente radiactiva cerca del tumor, protege el resto del ojo.
  • Cirugía conservadora: en tumores accesibles, el cirujano puede extirpar solo la lesión, preservando la mayor parte del ojo.
  • Enucleación: cuando el tumor es muy grande o ha causado daño irreversible, se retira todo el globo ocular. Hoy en día, la cirugía de implante ocular permite mantener una apariencia natural.
  • Terapia fotodinámica y crioterapia: técnicas menos invasivas usadas en casos muy específicos.

Los avances en inmunoterapia y terapias dirigidas están empezando a usarse en cáncer ocular metastásico, aunque todavía están en fase de investigación.

Después del tratamiento, el seguimiento es vital. Visitas regulares al oftalmólogo y pruebas de imagen permiten detectar recaídas a tiempo. Además, la rehabilitación visual, como lentes especiales o entrenamiento de la visión, ayuda a adaptarse a cualquier pérdida visual.

Prevenir el cáncer ocular no es totalmente posible, pero reducir factores de riesgo puede ayudar. Evita la exposición prolongada a radiaciones UV sin protección, controla enfermedades sistémicas como el melanoma cutáneo y mantén un control regular si tienes antecedentes familiares de tumores oculares.

Si sospechas algún síntoma mencionado, no lo dejes pasar. Una visita temprana al especialista puede salvar tu vista y tu vida.

Prevención del cáncer ocular: Consejos esenciales para cuidar tu visión
Prevención del cáncer ocular: Consejos clave para proteger tu visión